Signos de Alvão y Glozel

Los signos de Alvão y Glozel: entre 1895 y 1903 fueron encontrados en Alvão, junto a un dolmen, una serie de piedras esculpidas con formas antropomorfas y zoomorfas, y grabadas con signos parecidos o idénticos a los de Glozel (1924-1941, Vichy, Francia), las cuales fueron datadas (en los años ‘70) con análisis radiocarbónicos y de termoluminiscencia que remontan el hallazgo a 17.000 años. La antigüedad de las piedras de Alvão, emanada de analítica realizada a partir de 1927 (por el interés despertado después de los hallazgos de Glozel), parecía ser de al menos 4.000 años. Sus signos fueron inicialmente identificados como iberos-tartésicos, pues comparten 22 signos idénticos, y 14 de ellos se encuentran también en los hallazgos de Glozel. Las piezas pueden ser auténticas en su mayoría, pero las dataciones son muy dudosas, realizadas en su mayoría muy posteriormente a los hallazgos (en ambos casos), por lo que las piezas ya estaban muy manipuladas y contaminadas. De no serlo, estaríamos ante la evidencia de que no es el fenicio la lengua madre sino el ibero-tartésico (Platón -sobre los atlantes- dice que ya conocían la escritura y Herodoto -sobre los turdetanos- que conservaban textos escritos de hace 6.000 años). Las piezas de Glozel se encuentran en el Museo Glozel (L’Âllier, cerca de Vichy). Para mí fueron hallazgos importantes, pero de una época en que los métodos y las técnicas no eran tan fiables como actualmente.
Disco de Festos
La Fuente Magna: se trata de una vasija pequeña (unos 50 cm de diámetro) de piedra, que muestra en su parte externa, grabados de figuras zoomorfas claramente tihuanacoides, pero que en su interior, presenta incisos de dos escrituras diferentes: quellca (lengua de la antigua Pukara, cultura precursora de Tihuanaco, 1.800 a.C.), y una lengua antigua similar al sumerio y al acadio (3.500 a.C.). El problema radica, como en otros casos, en que cuando el objeto empezó a ser estudiado, había pasado 40 años olvidado en el depósito del Museo del Oro de La Paz, y ya no se sabía a ciencia cierta su verdadera procedencia. Se halla expuesto en el Museo del Oro de La Paz (Bolivia). El Monolito de Pokotia: es un hallazgo más reciente, del 2002, año en que un arqueólogo encontraba este extraño objeto, una figura antropomorfa en piedra de 2 metros de altura con inscripciones similares a la de la Fuente Magna, signos que coinciden en un 60% con las escrituras de Mesopotamia. Además parecen haber similitudes entre el aymara, el quechua y el sumerio. El gran problema para el estudio serio de estos objetos, radica en que son hallazgos fuera de un contexto arqueológico, por lo que desconocemos cómo pudieron haber llegado a esos lugares, o en qué época, y no hay modo de extraer de ellos esas informaciones. Son sin lugar a dudas inquietantes, pero descontextualizados, por lo que es difícil acercarnos a su historia. Disco de Festos: Hallado en una excavación arqueológica en Creta, en 1908, es un disco de arcilla cocida de unos 20 cm de diámetro, con inscripciones desconocidas (realizadas por presión con sellos en la arcilla blanda) y aún no descifradas, por las dos caras, y datación incierta que oscila entre 1500 y 1700 a.C. La función del disco es desconocida, pero podría tratarse de un calendario astronómico, una carta de navegación, un juego de mesa, o un objeto mágico-religioso. Los signos son diferentes a los de cualquier otra escritura conocida. 
Fuente:aprenderviajandoporelmundo.blogspot.mx

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