
El Papa Benedicto XVI observa el cielo. Foto: AP
Funes se ha expresado con estas palabras tras participar en la primera conferencia sobre astrobiología celebrada en la Academia Pontificia de las Ciencias del Vaticano. La reunión, ya de por si un hito al significar una toma de postura más amable y de colaboración con la ciencia en este terreno por parte de la Curia romana, ha contado con la participación de eminentes científicos -algunos de ellos ateos- y líderes religiosos de todo el mundo.
«Las cuestiones sobre los orígenes de la vida y de su existencia en otros lugares del universo son muy interesantes y merecen gran atención, además de presentar implicaciones filosóficas y teológicas», ha asegurado Funes. A su juicio, si esto se demostrara, el encuentro del hombre con los seres extraterrestres sería como lo que le ocurrió con el descubrimiento de América, es decir, «un encuentro entre culturas y civilizaciones» distintas.
Entre los astrónomos que han participado en las jornadas se encuentra el estadounidense Chris Impey. El científico ha dicho a los religiosos que «es plausible» que haya «cientos de millones de lugares habitables» en la Vía Láctea, que es sólo una de las miles de millones de galaxias del universo». Lo que Dios tenga que ver con la creación de todo ello ya es una cuestión de compete a la Iglesia.
Cuestión de añosImpey ha agregado que, aunque con los medios actuales únicamente se puede afirmar que hay vida en un planeta, «el nuestro», está convencido de que «sólo unos pocos de años nos separan de los primeros descubrimientos». En esa línea, la astrónoma francesa Athena Coustenis ha afirmado que el satélite Europa, en el sistema de Júpiter, contiene grandes cantidades de agua líquida bajo su superficie y dentro de ese océano puede haber vida. Coustenis ha precisado que en el sistema de Saturno existen dos satélites de particular interés para los astrobiólogos: Titán y Encelado.
Titán, ha subrayado, ofrece características similares a la Tierra, ya que tiene una densa atmósfera de nitrógeno con un 2 por ciento de metano y éste se comporta de la manera que lo hace el agua en la Tierra. También tiene ciclos climáticos y meteorológicos similares a los de la Tierra y su morfología presenta lagos, mares, valles amplios, dunas y montañas. Encelado, por su parte, es una pequeña luna y expulsa grandes cantidades de agua y sustancias orgánicas al espacio de los penachos situado en el polo sur. Coustenis no descarta que en el mismo se den las condiciones adecuadas para algunos organismos vivos.
Con todos estos argumentos, la Iglesia tendrá que hacerse su composición de lugar.
Fuente: ABC.es
0 comentarios:
Publicar un comentario